“Mi mundo empezó a oscurecerse y tenía miedo de perder todo lo que había conseguido, eran otros tiempos. El médico me dijo que tenía retinosis pigmentaria, que era una enfermedad degenerativa para la que no había tratamiento y que perdería la visión. Yo trabajaba en una fábrica de ruedas en Alemania y oculté mi enfermedad hasta que tuve un accidente en la fábrica”, relata Juan Blanco. Tiene 65 años, vive en León y es invidente. El desconocimiento, el miedo al rechazo y a perder el empleo han marcado su vida. Tuvo que sufrir un accidente laboral para entender que una discapacidad no es una batalla individual, necesitaba ayuda para enfrentarse a su nueva realidad. Gracias a la Fundación ONCE aprendió a convivir con su enfermedad. Le enseñaron a leer y escribir en braille, le dieron trabajo y, además, le facilitaron un perro guía que aumentó notablemente su calidad de vida.
El observatorio sobre discapacidad y mercados de trabajo, ODISMET, en su informe sobre discapacidad y mercado de trabajo de 2019 en España, revela cuáles son los grupos con mayores tasas de paro dentro del colectivo. Los enfermos mentales, las personas con discapacidad intelectual y las que sufren una discapacidad física severa, presentan más dificultades para la inserción laboral. Los mayores obstáculos a los que se enfrentan son la falta de formación, la escasez de motivación para el empleo y la actitud de las empresas. “La concepción del término ‘discapacidad’ por parte de algunos sectores de la población lo equiparan automáticamente a ‘incapaz para trabajar’ y no es así”, afirma Raquel Pajares, responsable de comunicación de ASPAYM Castilla y León.
Aunque con matices, la actitud del mundo empresarial está cambiando poco a poco, y va asumiendo, bien sea por convencimiento o por obligación, la necesidad de contratar a personas con discapacidad. Dos factores son los que más han influido en ese cambio. El incremento de la responsabilidad social corporativa en las grandes empresas, ya que les reporta buena imagen, y la puesta en marcha de campañas de información y sensibilización. Sin embargo, todavía hoy se detectan opiniones basadas en la concepción de la inserción laboral de una persona con discapacidad como una mera obra social.
<<Bajo el lema "Todos podemos ser los mejores en algo">>, el Grupo Envera, que lleva más de 43 años trabajando por la inclusión laboral, enfatiza la necesidad de ver y poner en valor lo mejor que cada uno puede aportar. En opinión de Virginia Ródenas, directora de comunicación y relaciones institucionales del Grupo Envera: “Las ideas preconcebidas por parte de las empresas a la hora de contratar personas con algún tipo de discapacidad se han reducido, pero muy lentamente.”
Un estudio de la Fundación Adecco estima que la plena inclusión laboral de las personas con discapacidad no se producirá en España hasta el año 2249. “El papel de la sociedad en la integración es clave ya que son las que marcan los caminos. Sin duda hay avances objetivos, pero pensemos del mismo modo que en una inmensa mayoría ya no se deja que nazcan las personas con síndrome de Down, por ejemplo.”, afirma Virginia.
En la actualidad, se han impulsado desde distintas Administraciones públicas multitud de programas y medidas que abogan por la inclusión socio laboral del colectivo de personas con discapacidad. Aun así, hay una necesidad de una estrategia en discapacidad y política de empleo en la que es necesario implicar conjuntamente a todas las partes implicadas: Administraciónes, entidades, empresas y usuarios demandantes de estas actuaciones.